LIDIANDO CON UN CONFLICTO (SIN LANZAR UNA SILLA EN EL PROCESO)

 ¡Hola a todos y bienvenidos a un nuevo post sobre la Educación!

En una de las sesiones prácticas hablamos de los conflictos que se podían producir en el aula y las diferentes soluciones y venganzas que se pueden producir. En esta ocasión, vamos a tratar uno de los conflictos que hemos elegido en clase (podéis ver aquí el padlet que hicimos en aquella sesión) con profesionalidad y sin perder los papeles.



Uno de los conflictos que más se ha extendido en las aulas es la falta de respeto hacia el docente por la pérdida de "poder" que tiene en las aulas, así que es normal que muchos alumnos griten a sus profesores por cualquier cosa y les falten al respeto.

¿Qué hacer ante los gritos?

Ante todo, nunca ponerse a su altura, es decir, no gritarle como él está haciendo. En estos casos, lo mejor es contar hasta cierto número o hasta la edad que tengas para no perder los papeles (es un truco que ya usé y que aprendí gracias a la novela de "El Padrino") y no bajar la vista, sino mantenérsela de la forma más seria posible para que vea que se le está escuchando sin tomárselo a broma o para no hacerle ver que está consiguiendo lo que él quiere (enfadar al docente en el mayor de los casos).

Tras relajarte, escuchar atentamente lo que grita el alumno para saber cuál es la razón de los gritos e intentar ponerse en su lugar para buscar la solución más lógica. Casi siempre suele ser para insultar al profesor para quedar bien ante la clase, por lo que lo mejor será seguirle el juego para desconcertarlo. Si es por algo que el docente haya hecho mal, pedir disculpas y admitir que se confundió delante de toda la clase.

Si no se llega a algún acuerdo con el alumno o sigue gritando, el docente (sin perder los papeles) pedirá amablemente que vaya a por un parte a la sala de profesores o que sus quejas se las diga al director directamente. Gracias a la digitalización del aula, se puede enviar también una nota a los padres sobre el comportamiento de su hijo.

Yo abogo más por llegar a una solución entre ambos sin llegar a estos extremos porque, por medio de castigos, se puede conseguir que haya un efecto rebote mucho mayor. De alguna manera, el docente debe hacer ver al alumno que gritar no son formas de estar en una aula y que todo se puede solucionar hablando. Ante todo, el docente no puede verse permisivo y debe tener el control de la situación en todo momento.

Como último recurso, siempre queda el bajar algún punto en las notas...

Estas son las soluciones que a mí se me ocurrirían sin echar mano de una silla y por eso me gustaría saber las vuestras en este tipo de situaciones. ¿Qué haríais vosotros ante un alumno que os grita? 

¡Que tengáis un buen día y hasta que nos volvamos a leer! :)

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